Por Lula Fernández.
Las redes sociales son parte de nuestra vida diaria, eso no es novedad. Algunos las usan para informarse, otros para conectarse con amigos y colegas y otros para estar en contacto con las marcas que les interesan. Las usamos de diferentes maneras y con diferentes fines pero algo es seguro: las usamos.
Megusteamos, comentamos y, cuando algo nos hace reír (o llorar) lo suficiente, lo compartimos. Así, con un único click logramos que eso que nos despertó algún sentimiento le llegue a todos nuestros contactos.
Y cuando un contenido logra provocar esto en muchas -muchas- personas podemos hablar de que se viralizó. Esa información se esparce por la red a la manera de un virus, da vueltas al mundo y entrega un mensaje a miles y miles de personas. Es de lo único que se habla por horas, por días.
Si bien la mayoría de la veces se viralizan espontáneamente chistes o videos divertidos cualquier contenido es factible de volverse viral. Y por esto es un recurso importante que debe tenerse en cuenta a la hora de pensar una estrategia de redes sociales.
Que algo se vuelva viral no es fácil de lograr y depende en última instancia de los usuarios. No importa cuanto dinero pongas para que tu publicación llegue a mucha gente, si esa gente no lo comparte no llegará nunca a ser viral. La clave está en entender cuál es tipo de mensaje que a tus usuarios y consumidores potenciales les interesaría compartir.
Si lográs descubrir eso sos Gardel.